Tirando Dedo

cataratas DE OBRAJILLO:
AL ENCUENTRO DE UN PAISAJE DIBUJADO
.:. por. René Zubieta, Conny Campos & Jackie Reyes

PROVISIONES LISTAS, mochilas al hombro y calles empapadas y cubiertas de barro se convirtieron en los inanimados testigos que nos embarcaron con dirección a un pintoresco y cálido destino. Eran las 9:15 de la mañana., estábamos en el Km.22 de la avenida Túpac Amaru y teníamos dos opciones para iniciar el recorrido: o viajar una hora y media en un colectivo que cobraba S/.11 por persona o viajar dos horas y media en un bus a S/.8 el pasaje. Como el tiempo apremiaba optamos por la primera opción; y así se inició nuestro viaje, en las afueras del distrito de Carabaillo siguiendo la única carretera que va a Canta El camino serpenteaba ante nuestros ojos , y conforme fue avanzando parecía que ya no estuviésemos en Lima, el paisaje se nos presentaba adornado de nubes inmaculadas y copiosas que coronaban un cielo celeste a más no poder y se veía invadido por un ejército verde que tenía al río Chillón como guía. Luego de pasar por los poblados de Yangas, Checcta, Quives y diversos clubes, y tras un viaje con ambiente salsero, nos dimos cuenta que a las 10:45 ya habíamos escapado por fin de todo el smog y bullicio de Lima, no más combis tocando el claxon, no más cielo “panza de burro”. Con el sol de medio día como cómplice, nos tomamos la licencia de respirar esa agradable y sosegada brisa campestre que nos ofrecía el pueblo de Canta; desde este punto partiríamos hacia las cataratas de Obrajillo, nuestro destino final.

Los veranos en Canta son húmedos y llueve frecuentemente; sin embargo, en la mayor parte del año el clima es cálido, así lo sentimos. Nos encontrábamos aproximadamente a 106 Km. de Lima rodeados de calles angostas, y casas de fachada colonial, pues a la llegada de los españoles, Canta se convirtió en un foco activo de las campañas de extirpación de idolatrías. Luego de visitar la apacible plaza, debíamos asistir a nuestra cita con el pueblo de Obrajillo, a donde se puede llegar en pocos minutos pagando S/.1 en combi. Pero nosotros tercos -o misios si ustedes prefieren- decidimos dejarnos llevar por la aventura. En nuestro intento por acortar la marcha decidimos avanzar a campo traviesa olvidando el camino e introduciéndonos entre la espesura del follaje y la frondosidad de elevados árboles.

Llevábamos casi una hora saltando cercas y riachuelos, esquivando vacas y ahuyentando perros que pretendían dilatar, con sus amenazadores ladridos, nuestra idílica y entrometida travesura en propiedad privada. Cuando por fin retomamos la sinuosa carretera, nos percatamos que Obrajillo se encontraba enmarcado por verdes parcelas de sembríos y rodeada a la vez por valles que se conjugan con los innumerables arbustos pardos y el celestial velo que se desliza sobre las montañas. Un camino empedrado nos condujo hacia una pequeña plaza en cuyos alrededores observábamos posadas, bodegas, una pequeña parroquia e inclusive un pub. Seguimos explorando hasta llegar al río Chillón, nuestro guía hacia las cataratas, las cuales podíamos percibir desde las alturas del poblado. Luego de caminar un tramo corto, guiados por una recua de caballos nos topamos con una sorpresa: teníamos que pagar S/.1 para dirigirnos a las cataratas, pues nos encontrábamos en propiedad privada, y aunque ello significaba que tendríamos que volver a Canta caminando , la buena noticia era que sí se está permitido acampar al pie de las cataratas.
La emoción fue grande al sentir cómo nos salpicaban las gotas y escuchar el sonido de la fuerte caída del agua. Pero como no nos conformamos con tan solo llegar y ver las cataratas, optamos por escalar hacia la cima; y a pesar de no tener una ruta establecida, pudimos llegar a la cumbre y observar desde ahí la belleza de los alrededores y los poblados de Canta, Obrajillo y San Miguel. Sin duda era una vista hermosa , sincera y refrescante.

Queríamos seguir explorando más, y por esos azahares que tienen el destino, de repente, salió a nuestro encuentro un representante del pueblo de San Miguel, quien fue nuestro guía por un arduo camino hacia aquel pueblo ubicado en la altura del valle. Era un lugar muy tranquilo y callado (aquí es también donde se puede conseguir el hospedaje más cómodo de la zona: 10 s/.), salvo por la pequeña tienda en donde la jovencita que atendía nos reventaba los tímpanos con las canciones de RBD. Pudimos descansar en la pequeña plaza acompañados de tres canes que nos hacían la guardia. Pero ya atardecía y teníamos que volver al pueblo de Canta para partir y volver a nuestra realidad.

Nuevamente en Canta era imprescindible pasar por la calle principal, ella nos ofrecía deliciosos quesos, manjar blanco, pan, la rica Cola Canteña de diversos sabores y la infaltable trucha traída exclusivamente de la piscigranja de Obrajillo hacia los restaurantes y tiendas. El atardecer nos despedía con los brazos abiertos y con una brisa que ya empezaba a enfriar. Esta vez regresaríamos a Lima en el bus que cobraba S/.8, así demoraríamos más, pero tendríamos mayor tiempo para que nuestros ojos descansen en el camino y para que nuestros delicados cuerpos recuperen las energías perdidas durante el día. Abordamos “El Chaperito” con polvo en nuestros cabellos, los pies cansados y las ganas de quedarnos un tiempito más, pero eso sí, no nos fuimos sin agradecerle a Canta el habernos brindado un oxígeno puro y habernos recibido con un ambiente cien por ciento hospitalario. Nuestro grito de despedida fue transportado por el viento, así se escucharía por cada rincón. El mismo grito puede dar usted si se anima a vivir una experiencia diferente, casi, casi sin salir de Lima. Así que si usted decide un día dejarlo todo y tirar la odiosa rutina al tacho de basura, sólo le damos dos recomendaciones vitales: uno, no tema ensuciarse; y dos, lleve consigo sus rollos (los de la cámara , por si acaso) que ocasiones de toma no han de faltarle.

Así le dijimos chau a Canta , a Obrajillo y a sus cataratas, esperando contarle a todo el que quiera escucharlo ; nuestra aventura de ocho horas, una experiencia que definitivamente...no se perderá en los recuerdos...

Acá una muestra en imágenes, pero si quieres ver más da click aquí!!!


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posted by .:: El Editor ::. @ 1:38 a. m.,

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